Los ciegos ante el ser trascendente

“Los ciegos para el Ser pasan, incluso, por ser los únicos que ven de verdad.”
Martin Heidegger

domingo, 1 de abril de 2007

Hermenéutica, identidad y filosofía: En torno a Nietzsche y el superhombre


Es paradigmático acudir al sitio común de la dificultad de interpretar la filosofía de un autor como Nietzsche. En este sentido, por poner un ejemplo, se pueden coger frases de Nietzsche y proclamar, interesadamente, a partir de ellas, tanto el anarquismo como la delirante "filosofía" que intentó apoyar al nazismo.
Sin embargo, sobre lo que quería reflexionar en esta ocasión es sobre hermenéutica, pues la hermenéutica es como toda gran noción filosófica algo que se sale de la teoría y se desborda en la vida, siempre que hayamos comprendido esa noción hasta el punto de lograr vivirla.
Es necesario, para poseer auténtica experiencia viva de la hermenéutica, ejercerla en nuestra vida corriente al interpretar todo, sobre todo a las personas. En efecto, ¿somos conscientes de los propios presupuestos interpretativos o pre-juicios?.
Los presupuestos interpretativos que constituyen la pre-comprensión de algún tema, si no surgen a la claridad de la conciencia, y obran en el terreno oscuro de la subconsciencia, pervierten toda interpretación: Caso del que tiene la costumbre de dar una clave política a todo. Este sería el pre-juicio aprendido en el desarrollo de una biografía personal, en cuya virtud la mente se ciega para una interpretación no preuiciosa e imparcial de una doctrina que se está tratando de entender filosóficamente.
Al decir "filosóficamente", no excluyo los múltiples ámbitos de interpretación: Luego trataré de hablar de los planos o ámbitos interpretativos esenciales. Otro caso de pre-juicio o pre-comprensión subconsciente (y por tanto no declarado y confuso que pervierte la interpretación) es el caso de la afinidad o empatía emotiva con un tema o con un autor. Aquí estaría incluida una gran parte de los jóvenes que, simplemente por la fuerza y libertad que emana la filosofía de Nietzsche, se ponen de su parte y aceptan todo lo que dice Nietzsche incondicional y a-críticamente. Este pre-juicio también mixtifica la interpretación que deja de ser lúcida.
Otro pre-juicio peligroso es el de quien no está dispuesto a aprender, sino a enseñar. En este caso el sujeto no está consciente del hecho que la riqueza de la realidad y de los autores es enorme y siempre nos desborda. No sería consciente, en este caso, de los planos de interpretación (social, psicológico, religioso, metafísico, material, biológico, químico [sí, no os extrañeis, que cite la química, pues ciencia de las secreciones hormonales y su influencia en nuestra psique es cada vez nás importante], astronómico, médico, desde la perspectiva del lenguaje, desde la perspectiva de los subterfugios de la historia, desde la perspectiva filosófica, de tener conciencia de las interpretaciones anteriores que pueden desviarnos, etc. etc., porque tampoco quiero ser exhaustivo). Por tanto, al no ser conscientes de todos los planos posibles de interpretación, este sujeto, fácilemente se dejaría llevar por la pasión que nubla la razón. Algunos de los presupuestos y frases de Nietzsche se pueden prestar fácilmente a fomentar determinadas actitudes violentas incluso, pero la interpretación de cada lector es responsabilidad suya, a no ser que nos tomemos a nosotros por muy conscientes y a los demás por no conscientes y, por tanto, irresponsables.
Mucho más son responsables aún aquellos intérpretes interesados que pretendían buscar en la filosofía de Nietzsche sólo aquellas frases que justificasen el aplastar al hombre, como son las interpretaciones que hicieron los nazis. No creo que, en este caso, buscasen la interpretación noble e imparcialmente filosófica de Nietzsche.
En la interpretación de un autor o de una filosofía es necesario dialogar, dispuestos a analizar desde todos los planos hermenéuticos que se pueda (cuantos más mejor) y estar dispuestos a analizarlos con imparcialidad y con reflexión serena y sin interrumpirse unos a otros.
Por ejemplo: Si no tuviésemos otras claves interpretativas de los nazis quizás podríamos echar más culpa a Nietzsche de lo que hicieron, pero se nos olvida la influencia enorme que tuvo en Hitler la lectura, en noches de insomnio sin cuento, de la literatura antisemita que inundaba Europa en esa época. Se nos olvida la influencia nefasta de determinados grupos esotéricos compuestos por personas, que podrían calificarse de mentes pervertidas en cierto grado, en su interpretación de las profundamente respetables doctrinas orientales que se refieren al cosmos, al hombre, a la astrología, etc.
No olvidemos una vieja y sabia idea: Toda espada tienen dos filos, todo anverso tienen su reverso, toda claridad produce su sombra si algo se le interpone. Con esto no pretendo defender una total inocencia de Nietzsche: Es culpable de emocionalidad o irracionalidad en cierto grado, dentro de su vitalismo, que se presta a la desmesura y a la mala interpretación. Es responsable de palabras que leidas literalmente y sin comprensión van en contra de sabidurías antiquísimas (Lao Tse, Confucio, Buda, Cristo, etc.) que predicaron la compasión o amor desintresado. Es posible hasta que alguno de sus yoes (los no óptimos) fueran proclives al desprecio de lo humilde y compasivo; pero estoy seguro que otra parte en él era compasiva sólo que no quería que el débil se acostumbrarse a ser siempre débil.
En relación con la frase de Lao Tse en el Tao The King: "Las palabras hermosas no son veraces, las palabras veraces no son hermosas", también se podría decir de Nietzsche: Muchas de sus palabras duras y no hermosas, son veraces.
En fin, debemos tener en cuenta que ninguna interpretación es exhaustiva y nadie posee la razón plena. Lo que ocurre con Nietzsche es lo que ocurre con casi todos los autores, que ninguno logra salirse del contexto de su época aunque se le llame genial. Quizás lo logró en gran parte el inmortal Platón: Nietzsche es hijo del desencanto que siguió al optimismo frustrado de la Ilustración cuyas promesas de progreso inacabable, felicidad en este mundo y solución de todos los problemas que aquejaban al hombre no se cumplieron. Es por esto que surgen las llamadas filosofías de la sospecha: Nietzsche, Marx y Freud. Y precisamente el ataque no podía ir sino sobre la instancia que había sido la culpable de esta frustración: La razón, la cual había sido supervalorada anteriormente.
La reacción por tanto no puede resultar más lógica desde esta perspectiva: Valorar ahora las capacidades humanas que tienen que ver con lo irracional como son la intuición, el instinto y los sentimientos.
Por tanto, no podemos valorar exclusivamente desde nuestra época ni desde nuestros valores. Nietzsche va a estar en contra de todo lo que suene a moral basada sobre una metafísica como expresión de la realidad que pretende saber lo que es el mundo, sea ésta la platónica, la cristiana o cualquier otra. Su ética habría que entenderla desde el concepto de autonomía total del individuo y, de esta manera, llega a ser el adalid de una conducta peligrosamente desvinculada de todo, que, por supuesto, yo no defiendo. Arremetió también contra el positivismo, el evolucionismo, la democracia, el Estado moderno y la música de Wagner.
Por otro lado, aunque Nietzsche puede calificarse de intolerante y, en cierto modo, fanático en sus planteamientos, debemos tener en cuenta que en gran parte era deudor de su enfermedad incurable y que vivió con un gran valor, fiel a su misión de filósofo, contra toda desventura (y las tuvo muy fuertes en su vida). Sufrió una enfermedad crónica y progresiva, que le llevó hasta la locura y la muerte prematura. Y, a pesar de esto, afirmó apasionadamente la vida, siendo en gran parte un enfermo que no podía disfrutar plenamente de todas sus facultades ni siquiera para trabajar en su obra.
Nietzsche, lo sabemos todos, no tomó como modelo la Grecia clásica: Pericles en política, Sócrates, Platón, etc. en filosofía. Él toma como referente la Grecia presocrática, con sus valores de la areté como triunfo, fuerza, riqueza, belleza, etc. En esta Grecia no ha triunfado todavía la moderación, la medida y el equilibrio cuya representación reside en el dios Apolo. La tesis de Nietzsche es que Sócrates pervierte esta mentalidad presocrática con su concepto de virtud, con su moralismo, con su intento de dominar la vida mediante la razón. Por esto, para él, tanto Sócrates como Platón representan síntomas de decadencia.
En cuanto a su ataque contra el cristianismo, es necesario tener en cuenta, aparte de lo anterior, la atmósfera pietista que respiró en su niñez. Una moral represiva que, en efecto, en aquel tiempo llegaba a ahogar y matar la vida. A esto se sumaba el haber perdido a su padre con 5 años y el estar sometido a su madre, su tía, y presionado por su hermana y el círculo de mujeres amigas de la familia, todas moralistas en sentido pietista extremo. Igual hubiese sido un círculo de hombres de este talante. Me refiero a que todo esto hace perder el equilibrio al más saludable y Nietzsche no lo era. Se sabe de sus frecuentes peleas y discusiones fuertes con su madre y con su hermana.
Su tesis de que con la compasión se pierde fuerza y que la misma entorpece la ley del desarrollo, la selección natural, conservando lo que ya está dispuesto para el ocaso, etc, siendo la praxis del nihilismo, y algo malsano para la humanidad, la considero, en efecto, uno de sus grandes errores. Pienso que la compasión, aparte de manifestar la grandeza del hombre, si está bien ejercida, se da a quien lo necesita y en la medida en que la necesita, procurando habilitar a la persona para valerse por sí mismo y para recuperar todo su valor y autonomía independiente. Lo demás sería una compasión mal entendida, y un mal educar al que la recibe, que está ya muy superado hoy por la psicología.
Pero no podemos olvidar que, como observó Karl Jaspers, en Nietzsche se puede encontrar siempre una afirmación y su contraria. Por tanto, no podemos apostar lo más mínimo en sustentar una interpretación determinada con demasiada fuerza. Igual podría afirmar Nietzsche que Cristo era el hombre más noble, que dejó en herencia a los hombres el ejemplo de su vida, que el símbolo de la cruz es el más sublime que haya existido jamás, pero que el Evangelio se transformó en la Iglesia, en odio y resentimiento contra todo lo noble y aristocrático, que igual podría entrar en la diatriba más atroz contra el cristianismo o contra el mismo Cristo.
Sirva esto para compensar un poco una figura hecha de contradicciones, enferma, que terminó en la locura, pero a la cual nadie puede discutir su grandeza de ánimo y su coherencia de vida y de pensamiento. Las interpretaciones académicas de hoy, por otra parte, son muy diversas: Las hay que lo ensalzan y las hay que ven en él muy pocos valores filosóficos o humanos; estas últimas, creo que las menos.
En todo caso lo que pretenden muchos interpretes, a los cuales me sumo, es tratar de hacer una interpretación equilibrada que reconozca al hombre y a su filosofía con todos sus defectos y virtudes.

1 comentario:

  1. Excelente comentario sobre Nietzche, aunque me gustaria que publiques algo mas específoco sobre la hermenéutica, ya que soy un neófito en filosofía.

    ResponderEliminar